Vitoria, 23/03/79. El inspector de policía Antonio Recio Claver fue asesinado ayer en Vitoria por tres jóvenes que se presentaron, a primeras horas de la mañana, en un taller de fontanería que regentaba, disparándole a quemarropa once tiros. Antonio Recio, que falleció instantáneamente, tenía cincuenta años y deja viuda y dos hijos. Nadie ha reivindicado el atentado, pero la forma en que se desarrolló hace pensar que los autores pertenecen a un comando de ETA militar.
Antonio Recio Claver, inspector de policía de la Brigada de Información Antisocial, fue asesinado ayer en Vitoria por tres jóvenes no identificados que hicieron sobre él un total de once disparos -ocho de municiones FN y tres de Geco-, varios de los cuales le alcanzaron en la cabeza y el tórax.El atentado se llevó a cabo a las nueve menos veinte de la mañana de ayer, en la entrada al almacén de la fontanería Rafael Laza, que regentaba el fallecido, situado en el número 7 de la calle de Carlos VII (hoy Calle Florida), en zona céntrica de Vitoria. La policía estima que, una vez derribado, recibió un tiro de gracia junto a la oreja izquierda. Los autores del hecho habían robado un turismo Chrysler, a punta de pistola, en la avenida del Generalísimo (hoy Avd. de Gasteiz) . Los propietarios del vehículo, un matrimonio, fueron abandonados en el alto del puerto de Vitoria, a unos quince kilómetros de la capital.
Antonio Recio, que tenía cincuenta años, ha permanecido durante toda su vida profesional -más de veintidós- en Vitoria, donde contrajo matrimonio cpn María Sol Laza, hija del dueño de la fontanería que ahora regentaba, después de fallecer su suegro. Aunque hace años había estado un tiempo en excedencia, ahora había vuelto al servicio activo, pero sin abandonar el trabajo en el negocio familiar. A las ocho de la mañana había iniciado precisamente una jornada de trabajo en este establecimiento de fontanería, distribuyendo el trabajo a los ocho empleados del almacén, que, al parecer, salieron todos a cumplir con diversas entregas de materiales y encargos. Minutos después de salir el último penetraron en la entrada del local tres jóvenes. Recio se encontraba dentro de una pequeña oficina, separada del local por cristaleras, y parece que intentó defenderse, utilizando su pistola, que apareció junto al cadáver.
El policía asesinado tenía dos hijos, un varón de dieciséis años y una chica de catorce. En círculos en los que era conocido se le consideraba una persona campechana. Aunque no se ha confirmado oficialmente, parece que había. recibido diversas amenazas. El coche utilizado por los atacantes apareció sobre las once de la mañana en una calle de Vitoria.
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